martes, 14 de mayo de 2013

ORIGEN MITOLÓGICO DE LOS HOMBRES

MITO  PARECIS (BRASIL)
 
Enore, que es el Ser Supremo, apareció en Atiu, que está en Sakuriuiná, Ponte de Pedra. Cortó un palo; esculpió en él una figura humana y lo fijó en tierra. Luego cortó una varita, con la que dio unos golpecitos en el palo; y el palo súbitamente trocóse en hombre. Procedió Enore de igual modo con otro leño, el cual luego al punto se volvió mujer. Esta fue la primera pareja humana que hubo en el mundo. Su primer hijo fue Zalúie, y su primera hija tuvo por nombre Hoholaialo. 
Más tarde, a los primeros padres de los hombres les nació otro hijo, a quien llamaron Kamáikore y otra hija, por Uhaiuarirú. Convocó Enore, al cabo de algún tiempo, a Zalúie y a Kamáikore y preguntóles qué preferían en el reparto que iba a hacerles de los bienes de la tierra.
Zalúie no quiso escopeta, ni buey, ni caballo; la primera, por ser pesada y peligrosa; los últimos, porque ensucian el piso de las casas. Escogió más bien el arco, la flecha y demás enseres que usan los parecís.
Kamáikore quedó poseedor de los otros bienes de Enore y fue más afortunado y feliz; dominó el mundo, y sus hijos prosperaron.

MITO AWÁ (COLOMBIA)

Cuentan los mayores que en la antigüedad no existía gente, solo árboles cubiertos de barbacha, había un árbol grande que tenía bastante barbacha negra, esta fue desarrollándose con el agua hasta que creció y llego a tierra, transformándose poco a poco en Inkal Awá. 
Los árboles en esa época se comunicaban entre ellos, hoy también se comunican por eso no se pueden cortar con el machete o el hacha, por que son personas y sangran como el Tangare, el Sangrario, y el Chino, Mancha-ropa, caucho, Sangre de Dagro entre otros.
En la realidad el hombre Awá viene de la selva y pertenece a ella, y a ella vuelve de nuevo.
Los árboles en la montaña se quieren transformar en árboles grandes y con el tiempo ser árboles gigantes y dar frutos, para servir al hombre Awá.
El primer hombre fue de nariz larga y hombre grande. Entonces Dios no quiso que este hombre estuviera solo e hizo aparecer de una barbacha más blanca a la mujer, ashampa watsal.
Y le luego Dios le pregunto a la mujer si quería vivir con el y ella respondió que si al igual que el hombre respondió que sí. Así quedaron viviendo ellos dos juntos.
Al tiempo llegaron a tener un hijo que les acompañaba y este cuando iba creciendo sus padres le iban enseñando todos los trabajos que ellos hacían.
Luego en una noche oscura nació una niña. Los dos hijos hicieron procrear la tierra y la poblaron.
Los ancianos Awa cuentan que antiguamente los árboles y los pájaros salían a conversar entre los de su especie. También tanto los árboles como los pájaros conversaban con las personas.
Cuando una mujer se encontraba embarazada y se aproximaba el nacimiento del nuevo ser, los árboles se preocupaban y conversaban entre sí sobre el niño o niña que estaba por nacer.
Igualmente los pájaros salían a conversar entre sí sobre el nuevo Awa que la mujer estaba a punto de dar a luz.
Los árboles deseaban que el nuevo ser que iba a nacer fuese niña porque ella no los mataría, pues la mujer no suele cortar los árboles y destruir la selva
Los pájaros por el contrario deseaban que la mujer diese a luz un varón porque él los alimentaría, pues los varones suelen tumbar los árboles y sembrar, y de esta manera habría sementeras a donde ir a comer
De esta manera cuando nacía un niño los pájaros se alegraban en tanto que los árboles lloraban, mientras que cuando nacía una niña los árboles se ponían contentos y los pájaros tristes.
  
MITO CHAMACOCO (PARAGUAY)

Los chamacocos, y también los blancos y los demás hombres, vivían debajo de la tierra. Los chamacocos subieron hasta la superficie por un bramante o hilo de cierto cáñamo que llaman caraguatá.
El primero que apareció en la tierra fue un chamacoco muy pequeño; detrás fueron llegando otros muchos. Un perro cortó el bramante. Sólo unos pocos subieron porque en la tierra había pocos animales para comer.
Por eso, más tarde, los chamacocos y, con ellos, los blancos y los demás hombres, subieron por un palo altísimo hasta el cielo, en donde hay más abundante caza. Entonces vino el daola, que (según afirma el viejo cacique Orpa) es un pájaro muy pequeño. Y ¿qué hizo el daola? Cortó el palo, y todos los chamacocos, como también los blancos y los demás hombres que subían palo arriba, se cayeron a tierra.
Por eso ahora hay tan pocos chamacocos.
 
FUENTE
MITOSLA.BLOGSPOT.COM

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