viernes, 4 de octubre de 2013

CORTÁZAR

El hombre que más sabe de la vida y obra de Julio Cortázar 

Es el editor de cartas, papeles y clases del escritor argentino. En 2014 formará parte de las jornadas que se realizarán en la Biblioteca Nacional dedicadas al autor de Rayuela.

El filólogo español Carles Álvarez Garriga –editor de los papeles, clases y cartas que dejó Julio Cortázar– integrará las jornadas que planea la Biblioteca Nacional para 2014 a cien años del nacimiento del autor de Rayuela.
"No le digo ‘Julio’, le digo ‘Cortázar’, no es mi amigo, yo trabajo para él", aclaró el estudioso "archilector, pero no fanático" que llegó a Buenos Aires por tercera vez y fue entrevistado por Leticia Pogoriles para la agencia Télam. Álvarez Garriga (Barcelona, 1968) es el editor de cuentos del autor argentino. Además, junto a Aurora Bernárdez –viuda, heredera y albacea del escritor–, editaron Cartas a los Jonquières, Papeles inesperados, cinco tomos de Cartas y últimamente Clases de literatura. Berkeley, 1980, todos por Alfaguara.
"Sé más cosas de la vida de Cortázar que de la mía. Puedo decir de memoria en qué lugar estaba cada mes y cada año y no me acuerdo adónde estaba yo. He leído los cinco volúmenes de las cartas, que son 3000 páginas, por lo menos diez veces", confiesa.
Cuenta que su pasión empezó cuando tenía 14 años y comenzó a leer una serie de cuentos y la Historia de Cronopios y de Famas. "En un mes leí 1000 páginas y eso te cambia la vida, por poco sensible que sea uno", cuenta. Esa experiencia dejó una marca, algo así como "los tocados por Cortázar", como define.
Locuaz, detallista y cálido, Álvarez Garriga cumple con el mandato que cualquier cortazariano hubiera soñado: Bernárdez le pidió que se encargara de ordenar, editar y rastrear papeles y correspondencia de quien había sido su compañero. La viuda –una señora de 90 años– se había decidido luego de leer la tesis doctoral del español sobre los prólogos cortazarianos y viajó a España para contratarlo. "He tenido la fortuna de hacer una tesis que leyó Aurora y le gustó tanto que vino a conocerme. Nos hicimos amigos y cuando falleció Saúl Yurkievich –encargado de las primeras ediciones– tomé el relevo."
Cansado de escribir discursos para tres políticos de diferentes partidos, Álvarez aceptó el desafío de editar inéditos de Cortázar, pero antes la viuda fue cautelosa. "Me dijo algo profético: 'Andate con mucho cuidado, pensalo bien, porque Julio te va a vampirizar.' Es que trabajar tan de cerca con un escritor y con uno tan simpático, psicológicamente es peligroso", concede. 
"Es un escritor que procuró la empatía y es el primero en lengua castellana que libera todos los clichés de la retórica. No te perdona la vida, no es condescendiente, pero te trata bien", dice el filólogo. "Normalmente la gente piensa que Cortázar era como Horacio Oliveira (protagonista de Rayuela), un tipo despreocupado, un loco lindo, pero era muy formal, serio, ordenado y puntual. No era un cronopio, no tiraba dentífrico en los sombreros de los famas", desmiente.
Queda claro que Álvarez Garriga es un experto. Lo consultan de todo el mundo, sabe fragmentos de memoria y tiene una biblioteca envidiable para los coleccionistas. Además visitó la tumba de Cortázar en Montparnasse (París) al menos diez veces, un altar donde fanáticos dejan ofrendas de todo tipo. "Leí una vez que un tipo se quedó sin plata e iba a la tumba para llevarse el tabaco. Si Cortázar supiera esto, le hubiera encantado. La lápida como expendedora", se ríe.
Referente de obra y vida, Álvarez Garriga es parte del comité que organiza las Jornadas Internacionales "Lecturas y relecturas de Julio Cortázar” para agosto del año que viene en la Biblioteca Nacional, en el marco del Año Cortázar: 100 años con Julio, una serie de homenajes del Estado Nacional al hombre que marcó un hito insoslayable en la narrativa contemporánea.
"Las jornadas son ambiciosas. Vendrá mucha gente del exterior y de aquí, no será un congreso de alabanzas porque habrá gente que no es cortazariana. Será interesante para el público porque habrá debates. Si todo es una loa no tiene gracia", destaca.
"El año que viene, Argentina va a pagar la deuda con Cortázar. No lo ha tratado bien, algunos no le perdonaron que escribiera desde Francia, ni su peronismo, ni su antiperonismo, ni que fuera de izquierdas, incluso que pronunciara la 'r' a la francesa. Para muchos era considerado 'un escritor de la secundaria'. Esto es un reconocimiento", opina.
Al aluvión Cortázar, el editor lo llama "bombardeo" y considera que "no hay que avasallar al lector. Todo lo que publica Aurora, él lo hubiera publicado. Tanto, agota. Aquí entra la industria, intereses, todos quieren a Cortázar de su lado. Por suerte, Aurora es muy prudente en eso", desliza.
Entonces, ¿hay Cortázar para rato? "La obra escrita se terminó con las clases de literatura, puede haber una edición aumentada de los 'Papeles' pero hay que rastrearlos. No hay mucho más, a menos que alguien venga con Las nubes y el arquero, una novela de 500 páginas, que Cortázar quemó y, según él, tenía un trasfondo homosexual. La estoy buscando desde 1993."

FUENTE:
TIEMPO ARGENTINO
   

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