La Argentina - Libro I
Del descubrimiento y descripción
de las provincias del Río de la Plata, desde el aso de 1512 que lo descubrió
Juan Díaz de Solís, hasta que por muerte del general Juan de Oyolas, quedó con
la superior gobernación el capitán Domingo Martínez de Irala
Capítulo I - ¿Quién fue el primer
descubridor de estas provincias del Río de la Plata?
Después que el Adelantado Pedro
de Vera, mi rebisabuelo, por orden de los Reyes Católicos don Fernando y doña
Isabel, conquistó las islas de la Gran Canaria, que antiguamente se dijeron
Fortunadas, luego el Rey de Portugal mandó poblar las islas de Cabo Verde, que
están de aquel cabo de la equinoccial, y cursar el comercio de las minas de
Guinea, y por el consiguiente el año de 1493 salió de Lisboa un capitán llamado
Américo Vespucio, por orden del mismo Rey don Juan, a hacer navegación al
Occidente, al mismo tiempo que Cristóbal Colón volvió a España del
descubrimiento de las Indias. Este capitán Américo llegó a Cabo Verde, y
continuando su jornada pasó la equinoccial de este cabo del Polo Antártico
hacia el Oeste y Mediodía, de manera que llegó a reconocer la tierra y costa
del Brasil junto al Cabo de San Agustín, que está ocho grados de la parte de la
línea, de donde, corriendo aquella costa, descubrió muchos puertos y ríos
caudalosos, y toda ella muy poblada de gentes caribes y carniceras: los más
septentrionales se llaman Tobaiaras y Tamoios. Los australes se dicen
Tupinambás y Tupinás; son muy belicosos, y hablan todos casi una lengua, aunque
con alguna diferencia: andan todos desnudos, en especial los varones, así por
el calor de la tierra, como por ser antigua costumbre de ellos. Y como de este
descubrimiento naciese entre los Reyes de Castilla y de Portugal cierta
diferencia y controversia, el Papa Alejandro Sexto hizo nueva división, para
que cada uno de los Reyes continuase sus navegaciones y conquista: los cuales
aprobaron la dicha concesión en
Tordesillas, en 7 días del mes de junio de 1494, y con esta demarcación los
portugueses pusieron su padrón y término en la Isla de Santa Catalina,
plantando allí una columna de mármol con las quinas y armas de su rey, que
están en 28 grados poco más de la equinoccial, distante cien leguas del Río de
la Plata para el Brasil, y así comenzaron los dichos portugueses a cruzar esta
costa, por haber en aquella tierra mucho palo del Brasil, y malagueta, y
algunas esmeraldas que hallaron entre los indios, de donde llevaron para
Portugal mucha plumería de diversos colores, papagayos y monos diferentes de
los de África; demás de ser tierra muy fértil y saludable, de buenos y seguros
puertos. Quiso el Rey don Manuel dar orden que se poblase, y así el año de 1503
dio y repartió estas costas a ciertos caballeros, concediéndoles la propiedad y
capitanía de ellas; como fue la que le cupo a Martín Alfonso de Sosa, que es la
que hoy llaman San Vicente, la cual pobló el año de 506; y repartiéndose lo
demás a otros caballeros, hasta dar vuelta a la otra parte del Cabo de San
Agustín, se le dio y cupo por suerte a un caballero llamado Alfonso de
Albuquerque, donde pobló la villa de Olinda, que es la que hoy llaman
Pernambuco, por estar sitiada de un brazo de mar que allí hace, que los
naturales llaman Paranambú, de donde se le dio esta nominación. Está de la
equinoccial ocho grados, el más populoso y rico lugar de todo el Brasil:
comercio y contratación de muchos reinos y provincias, así de naturales como de
extranjeros. Después de lo cual el año de 1512 salió de Castilla Juan Díaz de
Solís, vecino de la villa de Lebrija, para las Indias Occidentales: este era
piloto mayor del Rey, y con su licencia, aunque a su propia costa, siguió esta
navegación, que en aquel tiempo llamaban de los Pinzones, por dos hermanos que
fueron compañeros de Cristóbal Colón en el descubrimiento de las Indias; y
continuando su derrota llegó al Cabo de San Agustín; y costeando por la vía
meridional, vino a navegar 700 leguas, hasta ponerse en 40 grados, y
retrocediendo a mano derecha descubrió la boca de este gran Río de la Plata, a
quien los naturales llaman Paraná guazú, que quiere decir río como mar, a
diferencia de otro de este nombre Paraná, que así este lo es de forma, que es
uno de los más caudalosos del mundo; por el cual Juan Díaz de Solís entró
algunas jornadas, hasta tomar puerto en su territorio, donde pareciéndole muy
bien, puso muchas cruces, como quien tomaba posesión en los arenales, que en
aquella tierra son muy grandes: y teniendo comunicación con los naturales, le
recibieron con buen acogimiento, admirándose de ver gente tan nueva y extraña: y
al cabo de pocos días sobreviniéndole una tormenta, por no haber acertado a
tomar puerto conveniente, salió derrotado al ancho mar, y se volvió a España
con la relación de su jornada, llevando de camino mucho brasil, y otras cosas
de aquella costa de que fue cargado; y
el año de 1519 Hernando de Magallanes, por orden de Su Majestad, salió a
descubrir el estrecho, que de su nombre se dice de Magallanes para entrar en el
mar del Sud en busca de las Islas Malucas, ofreciéndose este eminente piloto, de
nación portugués, a descubrir diferente camino del que los portugueses habían
hallado, que fuese más breve y fácil; y armando cinco navíos a costa de Su
Majestad, metió en ellos 200 soldados de mucho valor, y partió de San Lúcar en
20 días del mes de septiembre; y llegando a Cabo Verde, atravesó con buen viaje
el Cabo de San Agustín, entre el Poniente y Sur, donde estuvieron muchos días
comiendo él y sus soldados cañas de azúcar y unos animales como vacas, que
llaman antas, aunque no tienen cuernos: de aquí partió el siguiente año, último
de marzo para el mediodía, y llegó a una bahía que está en 40 grados, haciendo
allí su invernada; y reconocido el Río de la Plata, fueron costeando lo que
dista para el estrecho hasta 50 grados, donde saltando siete arcabuceros a
tierra, hallaron unos gigantes de monstruosa magnitud, y trayendo consigo tres
de ellos, los llevaron a las naos, de donde se les huyeron los dos; y metiendo
el uno en la capitana, fue bien tratado de Magallanes, asentando con él algunas
cosas, aunque con rostro triste; tuvo temor de verse en un espejo, y por ver
las fuerzas que tenía, le hicieron que tomase a cuestas una pipa de agua, el
cual se la llevó como si fuera una botija perulera: y queriendo huirse,
cargaron de él ocho o diez soldados, y tuvieron bien que hacer para atarlo, de
lo cual se disgustó tanto que no quiso comer, y de puro coraje murió: tenía de
altura trece pies, y algunos dicen quince. De aquí pasó adelante Magallanes a
tomar el estrecho, haciendo aquella navegación tan peregrina en que perdió la
vida en las Malucas, quedando en su lugar Juan Sebastián Cano, natural de
Guetaria, el cual anduvo según todos dicen 14000 leguas en la nao Victoria: de
donde se le dio un globo por armas, en que tenía puestos los pies, con una
letra que decía: primus circumdedisti me; y no pudiéndole seguir en esta larga
jornada Álvaro de Mezquita, dio vuelta del mar del Norte para España, donde
llegado dio noticia de lo que hasta allí se había descubierto y navegado; por
manera, que de lo dicho se infiere, haber sido Américo Vespucio el primero que
descubrió la costa del Brasil, de quien le quedó a esta cuarta parte del mundo
su nominación; y Solís el que halló la boca del Río de la Plata, y el primero
que navegó y entró por él; y Magallanes el primer descubridor del Estrecho, que
costeó lo que hay desde este Río de la Plata hasta 56 grados de esta tierra y
sus comarcas.
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