Consejos para una integración eficiente de las TIC en el aula y así
evitar la tecnofobía derivada de los cambios radicales que produce la
revolución digital:
1)
Definir los objetivos y las
necesidades educativas.
Así podremos elegir la tecnología obedeciendo a criterios educativos y
organizativos, y no especulativos, políticos o comerciales. Debemos entender la
tecnología como una herramienta para conseguir un fin.
2)
Comprar tecnologías de calidad
probada.
Adquirir tecnología de baja fiabilidad, con intención de ahorrar, acaba requiriendo
un gasto adicional en mantenimiento y reparaciones frecuente. Y lo que es peor,
el profesorado frustrado y desmoralizado abandona el uso de las TIC.
3)
Probar la tecnología antes de
implantarla definitivamente.
Profesorado de diversa competencia digital realizarán las pruebas suficientes
para identificar los pros y los contras del uso de cada herramienta que se
pretenda utilizar en el aula.
4)
Introducción gradual de las TIC en el
centro. La
inclusión de las TIC debe realizarse progresivamente para facilitar su
aprendizaje y evitar situaciones de ansiedad y rechazo.
5)
Nombrar responsables de comprobar y
mantener la calidad de las tecnologías del aula. Los responsables TIC deberían de
disponer una importante asignación horaria para realizar múltiples tareas:
a)
Regularmente,
inventario de los equipos y del software instalado, actualizando las
aplicaciones y desinstalando las que nadie usa.
b)
Analizar
que tecnologías y proveedores son los más adecuados a partir de las necesidades
e incidencias denunciadas por el profesorado, y atender estas por orden de
importancia.
6) Diseñar un programa estable de
formación en TIC para el profesorado. Habilitar un espacio (físico o virtual) y temporal donde el
profesorado puede formarse e intercambiar experiencias.
7)
Estudiar la elección del software
libre o comercial.
Es necesario un estudio de la idoneidad del software elegido desde el punto de
vista económica y funcional a corto y medio plazo teniendo en cuenta el perfil
laboral para el que se forma al alumnado.
8)
Incentivar la participación del
alumnado. El
alumnado del siglo XXI tiene derecho a ser actor principal en el proceso de
enseñanza y aprendizaje. Además este tipo de alumnado, dependiendo de las
edades, puede presentar un alto grado de competencial digital, por ello y por
ser los receptores finales del esfuerzo educativo es imprescindible tener en
cuenta su opinión a la hora de adoptar las diversas herramientas tecnológicas
que ofrece el mercado.
9)
Implicar a las familias en la
formación en TIC.
Es aconsejable habilitar sesiones formativas para las familias a fin de contar
con su apoyo, evitando prejuicios y preocupaciones derivados de la falta de
información.
10)
Evaluar con regularidad los resultados
obtenidos. ¿La
forma en la que estamos usando las TIC mejora la motivación y los resultados
del alumnado? Creo firmemente que las TIC permiten mejorar los procesos de
enseñanza y aprendizaje, pero una adopción indiscriminada y poco reflexionada
nos arrojará resultados negativos, de ahí que sean imprescindible la evaluación
del proceso.
Estos
consejos no pretenden ser un decálogo dogmático, por ello queda abierto el
debate. Estaré muy agradecido si enriquecen este artículo con comentarios,
consejos y demás aportaciones al respecto.
FUENTE
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