miércoles, 24 de marzo de 2021

EL REALISMO

 EL CUENTO REALISTA

La literatura realista representa un mundo que los actores consideramos posible y ese mundo responde a la lógica corriente, según la cual se puden explicar las conductas humanas, así como las situaciones cotidianas y otras menos habituales, pero siempre verosímiles. Como el realismo excluye lo sobrenatural y lo inexplicable, el lector se ubica en un espacio y un tiempo que puede reconocer o imaginar como reales.
Este movimiento se caracteriza por su intento de reproducir fielmente la realidad, a través de la observación objetiva y directa de ambientes y personajes. Las obras tienen como protagonista al hombre común, con sus miserias y virtudes, sus esperanzas y fracasos, para terminar funcionando como vehículos de denuncia ante las situaciones de injusticia social que plantean.
En la narrativa, la corriente artística del realismo tuvo un momento de enorme desarrollo, tanto en Europa como en América, en la segunda mitad del siglo XIX. Sin embargo, los recursos propios del realismo, centrados en crear ilusión de ralidad existen desde mucho antes de esa época y se sigue usando en la actualidad. Muchas veces estos recursos se utilizan en obras literarias que no son predominantemente realistas.
Actualmente, los textos realistas ya no se parecen a las novelas del siglo XIX, porque la esperanza de poder explicarlo todo se ha desvanecido. Además, se ha ahondado en formas de conocer y representar la realidad frente a las cuales las técnicas del realismo resultan poco satisfactorias: las ciencias exactas, el desarrollo de otras artes tales como el cine, la producción de imágenes virtuales, etc.

Carcateres del realismo:

- Observación del mundo humano y material: el escritor comienza a preocuparse por el consumo que lo rodea (ideas, hombres, costumbres, problemas, sociedad, política, cosas) y lo aprovecha como materia literaria.

- La descripción: este procedimiento literario es el más empleado por el autor realista para conseguir sus intenciones.

Finalidades extraliterarias: además de considerarse a la literatura como obra de arte, se la considera como un instrumento apto para otros fines, como los sociales, políticos o religiosos.

- Ampliación del repertorio de personajes: se incorporan a la literatura, como personajes de interés artístico, figuras comunes, vulgares, feas, malvadas o viciosas, que no revisten el carácter de héroes, prototipos o modelos como antes.

- Contemporaneidad: los temas que se desarrollan o personajes que se incorporan, son contemporáneos y no antiguos o históricos. 

- Ausencia de voluntarismo y sentimientalismo: los personajes no son ya ejemplos de voluntades firmes que se imponen sobre la vida, ni tampoco están motivadas por el sentimiento; son por lo general, vencidos o enfermos.

- Tesis: la obra encierra una tesis o idea, de corrección o mejoramiento de la sociedad circundante.

- Ampliación del público tradicional: no se escribe en adelante para minorías aristocráticas y cultas, sino para el público en general.

- Acción: las obras se centran en torno a una acción (física, emocional o ideológica) que logra un descenlace natural, de acuerdo con la psicología de los actores, las circunstancias del hecho y no con la imaginación del autor.

- Novela y teatro: el realismo cultivó principalmente la novela y el teatro.

- Prosa: los realistas escribieron mayoritariamente en prosa y se sostiene que no existió un realismo en poesía.

LA DESCRIPCIÓN EN LOS CUENTOS REALISTAS

La descripción es sin lugar a dudas el recurso que más se utiliza en la redacción de un cuento realista. Estos relatos presentan descripciones de los lugares donde ocurren los hechos y de los personajes, animales y objetos que se mencionan en los mismo. Las descripciones no solo cumplen la función de hacer más entretenida la narración sino también de ubicar las acciones en un ambiente determinado y de reconocer fácilmente los elementos que lo integran. Por lo general, los cuentos realistas presentan una relación muy estrecha entre los resonajes y su entorno. Para producir el efecto o ilusión de realidad tan necesaria para este subgénero, las descripciones del ambiente donde se desarrolla la historia deben ser lo más precisas y detalladas posible.

Sobre el cuento realista hispanoamericano

Sustituye el tono de la exaltación del romanticismo por otro más objetivo y ceñido a la verosimilitud de los hechos narrados desde el exterior. por esa razón los personajes realistas carecen de la complejidad sentimental de los románticos y se acercan al costumbrismo regional en tipos y caracteres populares, que además utilizan un lenguaje pintoresco sin alardes retóricos, antes los cuales el narrador actúa como testigo u oyente:

"No es cuento, es una historia que sale de mi pluma como ha ido brotando de los labios de ñor Cornelio Cacheda, que es un buen amigo de tantos como tengo por esos campos de Dios. Me la refirió hace cinco meses y tanto me sorprendió la maravilla que juzgo una acción criminal el no comunicarla..."

El clis del sol. Manuel González Zeledón (Magón)
Costa Rica, 1.864 - 1.935

El realismo en Hispanoamérica

En Hispanoamerica el realismo comenzó a manifestarse hacia 1.880, surgiendo con unos años de atraso en relación con el realismo europeo, especialmente el francés y el español.
Resulta muy curioso que en el continente americano este movimiento haya sido contemporáneo del modernista, sobre todo porque la literatura modernista fue más bien una literatura de evasión, es decir, lo opuesto a la realidad.
Pero el realismo se fue gestando paulatinamente, desde los últimos años del romanticismo, a través de las obras costumbristas. Este costumbrismo romántico fue el que creó el gusto por la documentación menuda en la novela, mostró una nueva técnica de ver las cosas, acostumbró al público a enterarse de aspectos ridículos y vulgares de la vida social.
Los temas fueron los propios de cada país. Así, en la Argentina, las novelas y cuentos realistas trataron los problemas de la crisis financiera, la gran oleada inmigratoria procedente de Europa, la corrupción política, la vida pueblerina, el caudillismo, la decadencia de las costumbres familiares, la transformación de Buenos Aires en una gran capital cosmopolita, las revoluciones, las vida de la alta sociedad, los viajes rumbosos de los nuevos ricos a Europa y otros pormenores de la vida nacional, sobre todo de la vida urbana.
En México, en cambio, los temas fueron algo distintos: las luchas por la posesión de la tierra, la vida de las clases pobres en la capital, la política viciosa, las asonadas y revoluciones, la vida social, los matrimonios por conveniencia, la actitud consevadora de algunos individuos, etc.
En la literatura chilena, en cambio, fueron particularmente notables los temas sobre la vida en las minas, la oposición entre capitalinos y provincianos, la lucha por el ascenso en la escala social.
Sin embargo, hubo conciencia en el enfoque de esos temas, en cuanto a que todos los escritores asumieron una actitud de crítica social.
Entre los más importantes escritores hispanoamericanos del realismo se destacan: Roberto J. Payró (Argentina), Alberto Blest Gana y Baldomero Lillo (Chile), Tomás Carrasquilla (Colombia), José López Portillo (México) y Florencio Sánchez (Uruguay-Argentina).

Fuente: Carlos A. Loprete - Literatura Hispanoamericana y Argentina - Plus Ultra
Lengua II - Prácticas del lenguaje - Editorial Santillana

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